El aceite esencial de Lavanda tiene propiedades como sedante, hipotensor, relajante, bactericida y cicatrizante. Es también un remedio eficaz para calmar la ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas. Si bien tiene muchas otras aplicaciones su uso más reconocido lo encontramos en el campo de la cosmética y la aromaterapia.
Usos y Aplicaciones.
Sistema Nervioso: El aceite esencial de lavanda tiene un aroma relajante y es un excelente tónico para los nervios. Por lo tanto, es útil en el tratamiento de migrañas, ansiedad, depresión, tensión nerviosa y otros síntomas de estrés. Aplicar la lavanda en la parte inferior de los pies o en las sienes y el cuello da una sensación calmante y relajante. Unas gotas de lavanda en las palmas de las manos y sobre la nariz pueden rápida y fácilmente eliminar el estrés y la ansiedad. Para los que padecen “mal del viajero”, aplicar unas gotas en la zona de las muñecas e inhalar durante el viaje. El aroma refrescante elimina el agotamiento nervioso, la inquietud y aumenta la actividad mental.
Sueño: El aceite esencial de lavanda induce el sueño y por lo tanto, se recomienda para el insomnio. La esencia de lavanda es ideal para calmar los ánimos y atraer un sueño reparador cuando se utiliza a la hora de dormir en niños y adultos por igual. Basta con añadir unas gotas al agua del baño, funda de almohada, o difusor en el dormitorio. También se puede aplicar en la planta de los pies, cuello y sienes con un suave masaje, unas gotas de esencia bastarán para generar un agradable estado de relajación y un sueño reparador.
Alivio del dolor: El aceite esencial de lavanda es también un excelente analgésico, por su efecto relajante, para diversos tipos de dolores como contracturas musculares, dolores articulares por reumatismo, esguinces y lumbago. Un masaje regular con aceite vehicular y unas gotas de esencia de lavanda proporcionará alivio inmediato en las zonas afectadas. También un baño de inmersión con unas gotas de lavanda, produce relajación y efecto analgésico.
Trastornos respiratorios: El aceite esencial de lavanda, puede utilizarse en forma de vapor o aplicarse en el cuello, pecho y espalda en forma pura o vehiculizada con otro aceite. Combinada con otros aceites esenciales, la lavanda tiene la capacidad de potenciarlos, como en el caso del aceite esencial de tomillo indicado para las afecciones respiratorias.
Repelente de insectos: El aceite esencial de lavanda es eficaz sobre liendres y piojos. También como repelente de otros insectos como mosquitos y garrapatas. Aplicar puro, una gota en sienes y cuello. La esencia de lavanda diluida y pulverizada en roperos y armarios protege la ropa de las polillas.
Circulación sanguínea: El aceite esencial de lavanda es un eficaz hipotensor directamente por efecto inhalatorio.
Cuidado de la Piel: El aceite de lavanda tiene propiedades humectantes, por lo que unas gotas en el envase de la emulsión que usamos habitualmente, nos asegura una humectación perfecta de la piel además de asegurarnos un exquisito perfume acompañado de la placentera sensación de relajación. Por lo que es ideal utilizarla después del baño. Puede aplicarse también previo al bálsamo labial en labios agrietados. Reduce la inflamación y el escozor en picaduras de insectos. Aplicar una gota directamente sobre la pápula. También ayuda a la formación de tejido cicatrizal por lo que se puede utilizar en heridas, cortes y quemaduras de sol. Combinado con esencia de manzanilla se utiliza para tratar el eczema.